miércoles, 16 de marzo de 2011

Azul cornamusa



-Este soneto rinde
mi admiración al
bello sonido de la gaita-






Se niega el azar ha dar pleitesía
y deja a la luna sin ecos plácidos.
Sumida en silencio -su anatomía-
arrulla suaves, momentos nostálgicos.

Riela sobre las aguas revelándolas,
en un trágico beso, de haz lumínico
y deja que sus sueños meláncolicos
floten como oriflamas -irisándolas-

En noctívaga espera ecúmenica
reitera pertinaz su travesía
-buscando- deleitosa sinfonía

-en cornamusa azul- transoceánica
Pero...el azar, sigue, en  labor lacónica 
negándole la música a porfía.

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