y deja a la luna sin ecos plácidos.
Sumida en silencio -su anatomía-
arrulla suaves, momentos nostálgicos.
Riela sobre las aguas revelándolas,
en un trágico beso, de haz lumínico
y deja que sus sueños meláncolicos
floten como oriflamas -irisándolas-
En noctívaga espera ecúmenica
reitera pertinaz su travesía
-buscando- deleitosa sinfonía
-en cornamusa azul- transoceánica
Pero...el azar, sigue, en labor lacónica
negándole la música a porfía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario